lunes, 11 de octubre de 2010

ORACIÓN DE UN NARCO


Dame, ¡oh, narcotráfico!, los alcances del dinero súbito, la licencia para convertir el asesinato en exigencia laboral, las sobreexcitaciones de la clandestinidad y del lujo o sus alrededores asombrados, el sexo fácil, las vibraciones de la hipervirilidad que la droga y el trago a caudales facilitan…
A cambio, te acepto que la vida es el asunto fugaz donde a mí sólo me corresponden las glorias del corto plazo. Pero dámelo todo de una vez, después ya veremos; traicionaré o seré traicionado, me descuidaré y los del otro grupo me torturarán o me coserán a tiros, en los separos me harán confesar los escasos delitos que no cometí y me enviarán a la cárcel a pudrirme. Pero eso después, mañana o pasado mañana, ya extenuado el instante, la hora de la impunidad en donde soy y me siento distinto, muy superior a lo que jamás podría haber sido o soñado.

C. Monsiváis†

1 comentario:

  1. hermano, alta poesía. cumpaaaaa, desde argentina festejo tu poesia. me permitís hacer un estudio de tu poesía?

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