viernes, 17 de agosto de 2012

DEMASIADO TARDE Jose Ángel Buessa

Hoy leí aquel poema que escribí para ti,
y... cuánto hemos cambiado desde que lo escribí.


Fue como abrir la puerta de una alcoba sombría

donde flota un perfume de mujer todavía.


Como ver la carátula de un reloj detenido

que marca únicamente las horas del olvido.


Y fue triste, muy triste, como ver el reflejo

de una estrella en un pozo o un cirio en un espejo.


Triste como esa lluvia que ya ha llovido tanto

que dejó de ser lluvia sin llegar a ser llanto.




Porque el amor sonríe como si no supiera

que ya es ceniza cuando todavía es hoguera.


Porque la primavera, de la hondura a la altura,

sabe lo que florece, pero no cuánto dura.


Y el corazón se engaña con ese encantamiento

como una niña ciega que juega con el viento.




+++


Hoy, leyendo el poema que escribí para ti,
me he quedado más triste que cuando lo escribí.


Ya es demasiado tarde para tender la mano,

y demasiado triste cuando se tiende en vano.


Ya es demasiado tarde. Fuiste una enredadera

que cubrió mi ventana para que no se abriera.


Ya es demasiado tarde para decirte: “Ven”.

Yo sé por qué lo digo; tú lo sabes también.


Porque ese tiempo nuestro, sin hoy y sin mañana,

será el mejor paisaje que tuvo tu ventana,

y yo andaré en la sombra que nunca se termina

como un minero ciego que se perdió en la mina.

+++


 Hoy, leyendo el poema que escribí para ti,
sentí el sabor amargo de lo que no escribí.


Porque yo nunca dije que en una madrugada

pudiera despertarte la humedad de tu almohada,

ni que suspirarías, registrando un baúl,

al desdoblar la seda de aquel vestido azul.


Ni dije que es probable que estés con otro hombre

y distraídamente lo llames con mi nombre,

y que si me recuerdas cuando brindes con él

derramarás la copa de vino en el mantel.


Y no dije tampoco que no hay nada vacío,

que en el cauce sin agua sigue corriendo el río,

y que en una llanura, como en un sentimiento,

aún tiembla la espiga después que pasó el viento...


No lo dije, amor mío, y ahora lo digo aquí,

en este último verso que escribo para ti.